Inicia Editorial Madriguera. Fue un accidente. Surgió como un hongo de la incertidumbre del encierro y la pandemia. En ese tiempo oscuro, la casa se convirtió en una cueva. El mundo exterior volvió a ser amenazante. Salir era una aventura. Lo que acechaba era abstracto e invisible, inmaterial, pero omnipresente. Las eternas horas, días, semanas, meses y años del aislamiento, nos pusieron en el vórtice entre la locura y la sobrevivencia. Entonces surgió lo que siempre nos ha salvado: la capacidad y necesidad de contar historias. Las historias nos redimen; aun las más oscuras. Contar historias regala la sensación del camino, del recorrido. Los inicios y los finales nos hacen viajar, aún en los aires más inmóviles y en los dolores más profundos.
Contamos historias y las historias se hicieron palabras y dibujos. Las historias convirtieron ciegas hojas de papel, en bestias fabulosas. Las historias hicieron surgir de la penumbra, comics, que son el equivalente contemporáneo de los muros de las Cuevas de Altamira. Nuestra cueva, nuestra madriguera, se hizo amplia y su oscuridad se hizo espacio y aventuras.
Del encierro salimos sin ahorros, vendiendo y empeñando cosas, pero con un camino de libros salvajes que luchan por su emancipación. Ahora esos libros quieren escapar de la madriguera y correr como cachorros por ahí. Editorial Madriguera es nuestra forma de agradecerlos su regalo de sobrevivencia, permitiendo que vayan a otras cuevas y cuenten sus historias a otra gente.
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